Este fin de semana fue fuerte, hice una ceremonia de Ayahuasca y pude ver cuanto compasión necesito seguir cultivando, junto con la paciencia.
Respetar mis tiempos, mis propios límites, no querer apurar a mi cuerpo para que se sané, sino dejarlo que a su paso lo haga. Fue una gran lección de humildad. Simple pero contundente.
Me llevo esta paciencia a otras áreas de mi vida, con mis relaciones también. Sigo aprendiendo con más calma.
💜✨🙏
Si leíste esto, te quiero decir paciencia, sanar toma su tiempo, no hay soluciones mágicas. A paso firme y constante se avanza de a poco.
Lu