Alimentación Consciente y Entorno Social

¿Cómo sostener una alimentación alcalina en un entorno donde todos comen de todo?

A mi en lo personal me toca muy de cerca, ya que tener acceso a comida crudivegana es fácil en casa pero más complejo fuera de casa. Cuando voy a eventos o reuniones por lo general no hay opciones veganas y menos crudas. A lo largo de los años aprendí a adaptarme y estas son algunas de las recomendaciones que mejor me han funcionado:

1- ELIGE SABIAMENTE LOS LUGARES A DONDE VAS

Si recién estás empezando es posible que las tentaciones sean grandes. Mejor es elegir bien los lugares a dónde vas y con quien para evitar exponerte demasiado al principio. Después cuando ganas confianza y estás mejor adaptado se puede tener más flexibilidad. Tomate un tiempo más para saber acerca del lugar a dónde vas (Restaurante) y si es la casa de alguien qué opciones podrían haber.

2- LLEVAR PARA TENER Y COMPARTIR

Llevar mis viandas/ tuppers.

En la mayoría de los lugares que vayamos a comer (Restaurantes) al día de hoy no hay menús crudiveganos o alimentos hervidos o al vapor que son los más alcalinos. Si vamos a comer a la casa de algún familiar o amigo asegurarnos que tengan opciones crudas o crudas y cocidas amucosas, sino SIEMPRE ir stockeados con tuppers y viandas. Preparar platos deliciosos para compartir es la mejor manera de no aislarnos en una esquina, sino que se expanda la salud y el disfrute. Sí es un restaurante, se puede llamar con anticipación y ver si pueden armar una ensalada o algo al vapor, sino si se permite llevar alimento pagando por el “asiento”. Entonces antes de llegar ya sabemos que onda el plan. La última opción es caer ya comidos, sólo para tomar un té o un jugo.

3- PRESIÓN SOCIAL Y PREGUNTAS INCÓMODAS

¿Y sólo eso vas a comer? ¿No va a hacer mal? ¿Y la proteína? ¿Para que la dieta si ya estás flac@?

Cuando la alimentación cruda y alcalina se vuelve un estilo de vida, no es una dieta. Es que desde este lugar de amor propio y cuidado, buscamos lo mejor para nosotros (alimentación, descanso, relaciones sanas) y no desde la exigencia. Es mejor no juzgar a los otros por sus elecciones, sean buenas o malas. Sólo podemos con entusiasmo inspirar a otros, no a través de palabras sino de hechos. Por eso mi respuesta a estas “preguntas incómodas” es compartir mi historia.

4- COMPARTE CON ENTUSIASMO

Además de llevar alimentos vivos y alcalinos para compartir, puedes compartir los beneficios de esta alimentación y como ha sido la experiencia para tí. Muchas personas no saben lo deliciosa y saludable que puede ser este tipo de alimentación. Te sorprenderás del nivel de interés que puede generar, recuerda que en realidad todos queremos sentirnos bien y en tu mano tienes la llave de la puerta de la salud, quizás otros también lo anhelen. A mi me gusta compartir que gracias a esta alimentación sané un mioma, quistes, hígado graso, piedras en la vesícula, colesterol, etc … la lista es larga. ¿Que razón más poderosa que la salud, cierto?

5- ALIMENTACIÓN CONSCIENTE

Cuando comes de manera consciente dejas de comer hasta reventar. ¡Incluso estando rodeado de personas que comen mucho y alimentos pesados, ácidos y poco saludables! Cuando comes con presencia disfrutas saboreas y conectas con el alimento. Para practicar la nutrición consciente es importantísimo respirar para llevarnos a la meditación, es decir, al acto presente y a la conexión con uno mismo y el alimento. Masticar bien los alimentos, saboreando cada bocado. Estar atentos al momento dónde frenamos. Recuerda que el alimento entra por los ojos, la nariz, la boca, los oídos y el tacto. Agradece por estar viv@ y nutriendo tu cuerpo.

6- MICRODOSIS

Estar conscientes de que contiene eso que comemos, aún cuando elijamos algo no tan saludable, es mejor saberlo de manera consciente y saber que es un permitido o una excepción. En estos caso, cuando nos damos un gusto planeado (no que nos ganó el antojo) podemos elegir comer sólo un bocado o una probada. Esto es suficiente para calmar la mente, pero no llega a hacer tanto daño como un plato entero.

7- TENER UN MOTIVO FUERTE

Cuando comemos con personas que llevan otro tipo de alimentación nos suelen decir comentarios como: “por un día no pasa nada”, “Ya está aquí el/la que come solo lechuga” etc. Para no caer en los alimentos ácidos que no deseamos, en esos momentos es bueno recordar qué estilo de vida queremos llevar, ¿Cómo nos queremos sentir? ¿Sanos o enfermos?. La mejor lección que nos puede dar el cuerpo es sobre cómo se siente cuando come algo más ácido. Desde ese lugar podemos ir haciendo mejores elecciones, no sobre la satisfacción inmediata sino el bienestar a largo plazo.

8- PRIORIZA EL SOCIALIZAR Y NO EL COMER

Comparte con tu familia conversaciones profundas, juegos, actividades, abrazos, sonrisas, historias etc. Compartir es mucho más que solo compartir el mismo plato de comida. Cuando la estás pasando bien, hasta uno se olvida de la comida. Cuando estamos incómodos, pueden llegar a dar hambre emocional o ansiedad…. Y ahí boom, se hace fácil quebrarnos y caer. Sí realmente estás incómodo y ya no hay comida para taparlo, ¿por qué estar ahí? Y si por el contrario la estás pasando genial, es ya es más la comida que puedas o no comer.

Escrito por Lu Del Mar. Adaptación del Texto de Nuria Roura

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