Pequeños actos de compasión con nosotros mismos hacen que nos empecemos a cuidar más.
Un cuidado más amoroso y no tan exigente, así como trataríamos a un niño pequeño. Podemos hacerlo con nosotros mismos.¿Cómo me hablo a mi mism@? ¿Soy amable con mis actos? ¿Me autoflagelo o castigo con la comida? ¿Me juzgo duramente o me doy chance?
Cuándo caemos un nuestra propia trampa de la complacencia. Por ejemplo no es amoroso ponerse una peda (alcohol), no es amoroso quedar en un coma por exceso de comida.. Ojo con esto.
Vamos a perdonarnos rápido. Vamos a amar profundamente. Vamos a vivir cómo si fuera Hoy, el único momento (lo es!)
Vamos a hablar nuestra verdad y sacar la voz. Vamos a escuchar lo que de verdad necesita el cuerpo. Vamos a apapacharnos y amamacharnos (auto maternarnos) Vamos a cuidarnos y no exponernos a situaciones en las que no queremos estar. Vamos a respetar ese «Lo hago para MÍ» Vamos a priorizarnos. Vamos a decir que no cuando no tengamos ganas. Vamos a soltar el querer agradar y el que dirán. Volvamos a nuestro centro en conexión con la fuente.
Me cuido, me amo, me respeto, me honro. Soy suficiente, soy amor, soy paz.
Bendiciones 💜 🙏
Lu Del Mar – Alquimia Regenerativa