Estoy encontrando el equilibrio entre muy poco y mucho, entre supresión y excesos, entre la exigencia y la disciplina amorosa. El camino del medio es el que más paz me trae.
Ir de un extremo al otro, era mi modo de operar toda la vida y cada vez menos en los últimos 4 años (cuando empecé a comer crudi). Hasta que mi cuerpo me dijo no, así no. Vamos despacio. Dejé de ayunar por varios meses, para no ir a ese extremo, después crudo y después un poco cocido. Me dediqué estos últimos meses a encontrar un equilibrio entre lo crudo y lo cocido (80/90 % – 20/10%).
Pude soltar un vicio, mi talón de Aquiles, el pan. Aunque fuera un poco y de vez en cuando, era algo que después de ingerir no me caía bien. Quizás vuelva a probar el pan, pero siento que por fin pude romper esa dependencia y ganar mi independencia un poquito más. Y que soy yo la que elijo y ya no me gana.
A media que mi organismo se fue haciendo más eficiente, cada vez menos alimento necesito. A veces mi hambre emocional es más grande que el físico. Pero me detengo cuándo mi cuerpo dice hasta ahí. Me vuelto fan de mi digestiones livianas y fluidas. Dis-Fruto de una alimentación intuitiva, consciente, presente y compasiva conmigo y los demás. Mi aparato digestivo me deja saber si algo no le hace bien y lo escucho, aprendí a hacerlo caso a mis tripas, que saben muchas verdades.
Sigo navegando, explorando mi conexión, relación con los alimentación como nutrición, amor y no como escape, evasión. Cada vez pienso que ya me la sé, humildemente me doy cuenta todo lo que aun me falta aprender. Para mi hoy la fruta sigue siendo la prioridad.
No es un camino perfecto, dos pasos adelante y uno atrás. Avanzando no me detengo. 💪💜
Qué nuestro deseo de estar bien sea más grande que los obstáculos.
Un abrazo fuerte,
Lu Del Mar – Coach de Alquimia Regenerativa
PD: Tenemos espacio para Coaching Individual de Detox o de Alimentación Consciente/Transición (plant based y/o crudo)